Voy camino IFEMA. Hoy es jueves de semana de moda y tengo una cita con Mercedes Benz Fashion Week. Ya en el metro se siente el calor de los focos y la fiebre del street style, grupos de fashionistas inconfundibles charlan animadamente mientras esperan la parada que les dejará a las puertas de la meca madrileña de la moda.

Una puede dilucidar las tendencias más en vogue de esta temporada sólo con dar un rápido vistazo al vagón: ellas llevan shorts vaqueros o skinny jeans, preferiblemente en animal print o camo, chaquetas con pelo, melenas largas con mechas californianas, o de algún color llamativo, plataformas y bolso colgando del antebrazo; ellos llevan bufanda cruzada, chaqueta estilo militar y pelazo a lo James Dean, todo lo demás varía según la compañía femenina.

Al llegar al pabellón subes las escaleras mecánicas, no se adivina lo que está por llegar, hay silencio y no se ve a nadie… pero tras el primer tramo te das cuenta de que aquí hay tomate, y del que mancha. El Cibelespacio es ese lugar que reúne a propios y extraños en el mundo de la moda. Una amalgama de curiosos “enamorados” de la moda y del famoseo en busca de bolsas de propaganda, revistas atrasadas gratis y poses de fotos emulando ser alguien del rollito. En cuanto entras te dan una revista, por supuesto del mes pasado, y has de ir con cuidado de no quedarte atrapada en una de esas largas colas donde jovencitas acicaladas para el sábado noche esperan algo, no se sabe muy bien el qué. Si tomas cierta distancia descubres que están esperando por unas fresas con chocolate y una foto de fotomatón, o por una manicura gratis, o por una foto con peluca, o por salir en una portada fake de alguna revista patrocinadora. Me entran ganas de irme por donde he venido, pero no, hago de tripas corazón y busco cobijo en la zona blogger. Allí están mis compañeras de Hip Hunters, una nueva comunidad de moda y tendencias de la que os hablaré muy pronto. Hago despliegue de medios y conecto el portátil. Empiezo a escribir esto que estáis leyendo… pero no quiero terminar dando la impresión que no disfruto con lo que hago, nada más lejos de la realidad!!.

Largas colas en MBFW – Foto by Chic & Curious.

El Ego de MBFW – Foto by Chic & Curious

Un poco de arte urbano en medio del Cibelespacio – Foto by Chic & Curious.

 

Foto by HipHunters

Foto by HipHunters

Foto by HipHunters

Foto by HipHunters

Foto by HipHunters

Os contaré que entre tanto me he divertido de lo lindo observando todo a mi alrededor, he ido a comer minibocatas y galletas a la sala de prensa, me he paseado por la zona del Ego donde he visto jóvenes talentos que siguen ilusionados al pie del cañón tras cuatro días de jornada intensiva hablando con la gente y presentando sus marcas y sus colecciones, me he colado en el desfile conjunto de María Escoté y Martin Lamothe y he alucinado con la sobredosis ácida y colorista de la primera, y la sobriedad estructurada y oversized de la segunda. A la salida del desfile he pasado de ir al Kissing, esa zona de acercamiento a la élite, donde uno se codea con los diseñadores, los amigos de los diseñadores y los seguidores de los amigos de los diseñadores, todo bajo la luz de los flashes y aderezado con un gintonic, el cóctel de moda. Es que no me gusta beber ni sonreír sin motivo aparente.


María Escoté

María Escoté – Foto via Vanidad.es

Martin Lamothe

Marín Lamothe – Foto vía Vanidad.es

 

En definitiva, una jornada de moda y observación del medio que he disfrutado sobremanera, y que me ha hecho recordar por qué llevo trabajando tantos años en este sector: no existen límites para la creatividad, y sentirse libre para crear, de la forma que sea, con la que nos está cayendo, es siempre de agradecer.

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