Que delicia saborear las mieles del éxito, saberse observado y admirado por miles de fashion victims, vivir el sueño americano… en clave de blog.
La proliferación de los egoblogs es un fenómeno ya más que habitual en la ciberesfera, encendemos el ordenador y zas!, poses forzadas de apasionadas de la moda que nos muestran el buen gusto que tienen y lo estilosas que son. La acción de abrir un blog y empezar a bloggear es tan fácil como decir “ya”. Los motivos por los que una persona anónima toma la decisión de bloggear sobre moda son diversos y muy dispares, lo manido pero totalmente lícito es argumentar una pasión ciega por la moda. La realidad es que el origen del blog de moda no se basa en la vanalidad de posar y deslumbrar, algunos tienen una intención, llamémosla informativa, que va más allá de los flashes del éxito y el narcisismo.
Lamentablemente, ahora que te llamen blogger tiene una connotación más bien negativa de cara a la galería, pero existe un universo paralelo que recompensa la labor narcisista del que vende su estilo al mejor postor.
Las marcas han visto en los blogs un puente natural entre producto y consumidores, ya que son los propios consumidores los autores. Así, los bloggers se han convertido en los perfectos conductores de tendencias, impuestas por la marca de turno. En este punto introduzco el término que se maneja en el mundillo: influencers, personas con un savor faire muy característico y que conectan con el consumidor a dos niveles: aspiracional e identificativo.
El antes y el después, de un “influencer” made in Spain.
Mayte de la Iglesia, Foto Pepino Marino, vía Divinity
La exmodelo es ahora estilista y blogger de influencia, pero sigue conservando su estilo intacto desde el primer post.
Los influencers construyen tendencias en moda y life style de manera natural. Son los que captan la atención de consumidores y marcas por igual, sus listas de seguidores y visitas a site se cuentan por miles y éste es el punto en el que las firmas se frotan las manos. Lo que comienza como un pasatiempo, una forma de expresión o una pasión, por ejemplo, termina convirtiéndose en una buena forma de ganarse la vida. “Ahora gano dinero haciendo lo que me gusta”, sí, si lo que te gusta es que se manipulen tus contenidos (escritos y visuales) a cambio de un fajo de billetes. La mecánica, en este caso, es la siguiente: esta semana escribo sobre los chollazos que compré en la inauguración de Primark en Valencia; la próxima me sacaré unas fotos con tutú y creepers de ASOS, aunque jamás haya pisado un Primark en mi vida y sólo salga de casa subida a unos tacones.
¿Son influenciables los influencers?. Respuesta negativa, cuando el que firma un blog o egoblog de moda de nivel influencer es un espíritu libre que disfruta con el concepto lúdico de la moda, fiel a su instinto natural de escoger a placer entre la oferta del mercado desoyendo la voz de las tendencias impuestas; respuesta positiva, cuando el autor se aleja de esa realidad que una vez fue la base de su éxito y se convierte en el personaje que baila al son que le imponen las marcas.
¿Hablamos de mercaderes en el templo de la moda?. Bueno, es sin duda una cuestión personal. Al fin y al cabo todos experimentamos cambios, de una u otra forma, y lo que nos gusta hoy puede parecernos tedioso mañana. Sería de necios rechazar propuestas económicas y regalos de parte de las marcas sólo por mencionarlas, pero de sabios es saber esperar, y si se llega a una posición de influencia es porque el trabajo realizado vale la pena, y mucho. Un trabajo y dedicación que han servido para construir una imagen concreta, para bien y para mal. La decisión de aceptar las proposiciones de una marca y no de otra debería responder a un criterio lógico y coherente con la imagen proyectada. Al final, se adquiere una responsabilidad para con esos seguidores que se identifican con esa imagen, los que aspiran a alcanzar un toque de ella, y los que simplemente buscan inspiración y algo de frescura. Entonces, ¿vale la pena desviarse del camino por un poco de “glitter & gold”?
Nota: El tema blogger/egoblogger tiene miga y da para mucho, este será el primero de una serie de artículos en los que intentaré exponer mis conclusiones, siempre subjetivas, tras años de observación e investigación diaria de blogs y egoblogs de moda.
