Not Just Fashion Magazine descubre un nuevo orden.
Delineador negro, sombrero negro y prendas alargadas con símbolos que nos trasladan a culturas asiáticas describen a un talento barcelonés que, actualmente, vive en Bali que nos invita a descubrir su marca de moda conceptual. Así conocimos a Olga, mejor conocida por su nombre artístico como Honey Kill, diseñadora de la marca de moda Dystopia.
Te invitamos a conocer su filosofía.
Háblanos sobre cómo te iniciaste en el mundo de la moda.
Me inicié hace un año pero ya llevaba bastantes años interesándome por la moda. Desde hace más de 10 años vengo trabajando en el mundo del arte. Empecé con grafiti, luego pasé a la ilustración y al diseño gráfico. El arte siempre me ha interesado en todos los aspectos.
Llegar a Bali para mí supuso un reto para dedicarme a la moda porque es un sitio donde aprender a producirla. Mi idea principal era continuar con mi proyecto personal como artista, como Honey Kill, pero lo quise transformar en algo totalmente nuevo y volcarme en el diseño.
Y ¿cuál es tu concepto de la moda? ¿Qué percepción tenías sobre la industria de la moda?
Tenía muy claro el concepto que quería crear porque lo que me venía pasando últimamente, a mí y a muchas personas, creo, es que cuesta encontrar marcas con un estilo que se aleje de las tendencias que se establecen cada año . Esto supuso preguntarme: “¿qué es lo que a mí me gusta llevar?”. El color negro, que considero muy elegante y un básico del día a día.
Otra cuestión fue el oversized y unisex. Sólo lo encuentras en determinadas marcas de moda independiente. En algunas ocasiones voy a una tienda y me dirijo directamente a la sección de chicos porque para chica está todo muy definido en patrones, tallas y gráficos. Poco a poco fui conceptualizando lo que era mi versión de la moda: algo cómodo que diese apertura al unisex, más diverso y con más opción a las personas que nos gusta vestir diferente.
Dystopia yo creo que es algo que se desmarca de lo comercial. Dystopia no pretende seguir la tendencia.
Háblanos del origen de Dystopia y su concepto.
Dystopia es un concepto que ya había trabajado hace mucho tiempo como Honey Kill. Me centré en una serie de ilustraciones que hablaban de una Dystopia, que anunciaba un futuro malvado y perverso. Fue una reflexión que analizaba hacia dónde va la sociedad y en qué punto nos encontrábamos.
Cuando me planteé este proyecto de moda no tenía claro qué nombre iba a tener pero sí que tenía un punto de conexión con el concepto Dystopia. Ésta no pretende tener un mood negativo.
¿Cuàl fue tu inspiración para el proyecto?
Para mí, Dystopia es una mezcla de toda la experiencia vivida en Bali y mi background como artista. Me gusta mezclar iconografía multicultural y conceptos que generen una reacción ante el público. Cuando la gente me pregunta: “Dystopia, ¿quiere decir algo negativo? ”. No, depende en qué sentido lo veas, la Dystopia, puede ser incluso hasta positivo.
Claro, por eso te iba a preguntar ¿Por qué Dystopia y no una Utopía?
Pues porque una utopía se desmarca más de la realidad del transcurso de todo. El concepto que yo trabajé hace muchos años lo hice enfadada con el mundo. En términos poéticos Dystopia se aproxima más al color negro que la utopía.
Entonces utilizar este sentimiento para ejecutar algo de una manera positivo.
Sí, la mezcla cultural que hay en Bali te invita a proyectar las cosas de manera diferente. Los hindúes creen que tienen existir cosas negativas para que existan las positivas. Así se genera el equilibrio.
Si tuvieras que describir tus prendas, ¿cuáles serían esos adjetivos que utilizarías?
Pues, simetría, porque es una constante en mi trabajo. Algo excéntrico. Y con mucha carga, con mucho significado, muy conceptual sería.
Si la gente te pregunta: “¿Para qué ocasión me recomendarías vestirlo?”
Es un estilo bastante básico que se le puede dar uso día a día, es cómodo y sus cortes y caídas sientan bien.
¿Por qué la astrología? Lo vemos mucho en tus pañuelos e incluso en las camisetas.
El sudeste asiático está muy influenciado, no por la astrología, pero sí por el sistema lunar. Hay muchas celebraciones en torno a las lunas y a las estaciones del año que se desmarcan de las creencias occidentales. Me planteé como representar todo tipo de creencias en torno al universo y consideré la astrología como una constante. Además que su simbología e iconografía me parecen muy interesantes.
Tu adaptación En Bali.
La adaptación al principio fue muy dura por el choque tan diferente de costumbres . Allí trabajamos con artesanos de culturas diversas que no hablan un idioma común. Me encontré muchas puertas cerradas, hubo printers que no querían trabajar conmigo por el solo hecho de ser mujer o no hablar bahasa (indonesio), pero cuando te adaptas a su manera de trabajar y de ver las cosas es mucho más fácil.
¿Has logrado hacer contactos allí que te hayan ayudado a esa adaptación y llevar a cabo el trabajo de Dystopia?
Sí, he conocido a mucha gente. La gran mayoría no han sido válidos pero finalmente he logrado conocer un equipo de artesanos con el que he conectado y podemos elaborar el producto que tenía en mente. En Bali se plantean dos opciones: o vas a una fábrica a producir grandes cantidades o vas a un taller a trabajar codo a codo con el artesano.
Cuento con personas muy profesionales que me hacen más fácil todo el camino que me queda por delante con Dystopia. Hace un año atrás, en los principios, no pensaba lo mismo. Date cuenta que hemos hecho una colección de 400 piezas y ha llevado un año producirlas. El proceso ha sido lento y costoso pero el resultado es muy bueno.
Por eso hablas un poco también del slow fashion ¿no? ¿El slow fashion te vino a la fuerza porque eso era lo que estaba disponible en el entorno que te rodeaba o estaba dentro del concepto que tu buscabas hacer con Dystopia?
En los proyectos siempre planteas una idea o camino a seguir pero al final acaban desarrollándose en algo diferente a lo establecido. Mi idea era producir unos samples y luego irme a una fábrica, pero no me gustó el tratamiento que tienen las fábricas con la prenda. No hay un cuidado ni miramiento con los acabados y el proceso. Acabé muy satisfecha con la elaboración de los samples y pensé: “Yo quiero producir este tipo de piezas aunque cueste más”. Vale la pena invertir más tiempo y más esfuerzo aunque salgan pocas unidades. Nosotros no nos planteamos hacer un slow fashion con Dystopia pero sin quererlo estábamos haciendo tiradas de 12 unidades de cada modelo y decíamos: “Creo que esta pieza ya está acabada. No es necesario producir más”. Tienes pocas piezas, cada una especial y diferente porque los artesanos no han creado igual la primera que la última. El resultado son piezas únicas.
Tus referencias de moda.
Siempre me han gustado marcas como Boy London, Skingraft o Yohji Yamamoto. En fin toda esta serie de diseñadores independientes. Siempre los he admirado mucho porque crean prendas que no las va a llevar cualquiera. Y eso a mí me fascina.
La ilustración. Empezaste primero por la ilustración antes de llegar al mundo de la moda.
(risas) Sí, bueno, empecé por el grafiti y luego me decanté a la ilustración.
Vimos un vídeo realizando grafitis muy inspirados en lo asiático. Casualmente, Asia llegó después.
Sí, estuve trabajando mucho tiempo en un proyecto en Japón y para mi supuso un punto de inflexión en mi carrera como artista, me apasionó el arte japonés, su escultura y sus estampas. Siempre ha habido una influencia de la estética asiática que se ve reflejado en todas mis obras.
Soy muy fan de la ilustración científica, la estudié porque me encantan los detalles, el trabajo del dibujo bien acabado, las simetrías, las líneas perfectas. Y eso con el arte asiático va muy de la mano.
¿Definirías ese estilo de ilustración al igual que has definido antes tu estilo con la moda?
Sí, totalmente. Mi trabajo es muy simétrico.
¿Diseñadora o ilustradora?
Mmmm… Yo creo que ahora ya más diseñadora porque apenas he cogido el sketchbook.
¿Un lugar para inspirarte?
¿Un lugar para inspirarte? Berlín. (risas)
¿Por qué?
Porque me encanta el punto decadente que tiene, el reciclaje, el movimiento artístico, el estilo de la gente, el mood. Me encanta.
¿Una música?
Mmmm… Grupos como Cold Cave, The Horrors.
¿Asia o Europa?
(risas) Pues, ahora mismo Asia. Sí.
¿Faves a la catalana (plato típico catalán) o un Nasi Goreng (plato típico de Indonesia)?
(risas) Faves a la catalana.
¿Siempre de negro?
Siempre. Sí. Sin excepción.
¿Una palabra en Bahasa (idioma típico en Indonesia)?
Mmmm… Bekerja. Que significa trabajo.
Una utopía
Que los jóvenes talentos, los emprendedores pudiesen elegir llevar a cabo sus proyectos aquí en España.
Una distopía.
Prevería un final del mundo. Al ritmo que va la humanidad y el destrozo que estamos haciendo. Tengo una amiga que dice: “Lo mejor que le puede pasar al mundo es que el humano se extinguiese” (risas). Y realmente es verdad.
Tus próximos pasos.
Continuar con Dystopia. Ir más allá con la siguiente colección que hagamos y aprender mucho más de moda y sus procesos.
Espero te haya gustado la entrevista. Muchas Gracias.
¡Muy bien! ¡Qué guay! Gracias.
Te invitamos a echar un vistazo a la editorial que hicimos para Dystopia