Not Just Fashion Magazine ha entrevistado a la ganadora de la Mejor Colección del 080 Barcelona Fashion 2015
Vestido negro, tacones altos, gafas oscuras y labios rojos, la diseñadora Celia Vela sigue todos los movimientos de los estilistas mientras colocan una cama de flores naturales en los peinados de las modelos que llenan de esencia el backstage para la historia de amor a ser desvelada en la pasarela.
Ubicamos un espacio y a pocas horas antes de su desfile nos sentamos con ella para conocer quién está detrás de la creación de los diseños premiados como la Mejor Colección del 080 Barcelona Fashion 2015.
Empecemos.
¿Cuál ha sido la inspiración de tu colección creada para esta edición 080 Barcelona Fashion?
Siempre escribimos historias. Normalmente, historias de amor y en esta ocasión la colección está inspirada en la historia entre un botánico y su pareja y los trucos que tiene para saber que él sigue enamorado de ella.
¿Qué tiene de diferente esta colección, aparte de la creación de historias que son únicas en cada una de ellas?
Más que colocar un título a la colección, siempre hacemos historias de amor entre un hombre y una mujer o historias de carácter emocional que la envuelve. La diferencia entre otras, quizás porque presentamos los diseños para la temporada primavera/verano 2016, es la luminosidad, el romanticismo y la femineidad. Sin embargo, el gran protagonista son las flores naturales.
¿Cómo se siente participar en la 080 Barceloa Fashion?
Es como volver a casa porque de hecho Barcelona es mi casa y es la presentación que hago más cercana ya que el resto de presentaciones las hago fuera de España. Normalmente, trabajamos el mismo equipo y es como una familia. Nos vemos cada 6 meses y ¡Eh! ¡Hola!. Tenemos ganas de vernos y ¿tú qué has hecho? y ¿tú qué haces? Y ¡qué bonito lo que vas a hacer! Está muy bien. Yo tengo muy buena relación con todos.
¿Cómo sientes que has evolucionado en tu carrera como diseñadora?
Está clarísimo que ahora hago mejores colecciones que hace 10 o 15 años porque tengo más medios, más experiencia y he aprendido mucho. El hecho de trabajar mucho y dedicarle mucho tiempo a algo que te gusta hace que cada vez lo hagas mejor. Creo que la última colección siempre es la que mejor he hecho.
¿Cuál ha sido la colección por la que te has sentido más apasionada en lanzar?
Hombre, curiosamente, a mí me gusta más hacer invierno que verano. Pero a la gente le gusta muchísimo las que hago de verano. Es una contradicción que me deja un poco así (cara de intriga).
Pero seguramente es verdad que hay una colección que para mí fue como cuando algo dentro te hace un clic, fue la que presenté en la 080 en la Universidad de Barcelona en el claustro. Allí pensamos ¨Podemos hacer lo que queramos. Podemos llegar donde queramos¨
¿Por qué el invierno más que el verano?
Porque me gustan más las texturas, me encanta el terciopelo. Me gusta poner una capa, otra capa, otra capa. Me encanta. Poner mucha prenda. La lana, el terciopelo, la seda. Me gusta mucho más, pero luego ya te digo que eso me pasa a mi sola porque luego una de las colecciones que más hablan de mí casi siempre es la de verano. Ósea que algo tengo que hacer mal. (risas)
Bueno, por lo menos en NJF Magazine nos gusta mucho. Nos llama mucho la atención esa mezcla de texturas.
En esta colección veréis mezclados un algodón básico, blanco, limpio con chantilly, en un chantilly dorado que casi ni se percibe pero es súper sutil. En diferentes partes de la colección hay ese goteo de este material que representa uno de los tejidos más delicados y más femeninos que hay.
¿Algo de lo que te hayas arrepentido de no haber hecho en alguna de tus colecciones?
Pues mira, eso no. Me ha pasado lo contrario. “Eso no tendría que haberlo hecho” (risas). Yo siempre he dicho que soy muy valiente e incluso kamikaze. Las cosas que me han dado miedo me han entrado más ganas de hacerlas. Lo que sí me ha pasado alguna vez es pensar después ¨Esto te lo podías haber ahorrado¨. Pero tampoco soy de arrepentirme mucho ni estar dándole vueltas. Paso página rápido la verdad.
Claro, al final cada uno tiene su historia y representa algo bastante importante que está hecho en un momento específico.
Sí, y luego no olvidemos que un desfile es un show único que dura 12 min. que no se vuleve a repetir. Es verdad que te juegas muchas cosas y dependes de muchos factores, no solo del tuyo sino técnicamente: de peluquería, de maquillaje, de luz, de sonido (…), agudizas mucho los cinco sentidos e intentas que todo salga súper bien pero luego puede siempre hay alguna cosa que se puede escapar pero tienes que saber ver. Además hay cosas que solo notas tú y el público no lo nota. Son pequeños detalles. Entonces tienes que tener ese margen de flexibilidad porque si no no vivirías y estarías todo el día agobiado pensando en que algo no ha salido bien o en qué no va a salir bien. Es difícil controlarlo todo en esto pocos minutos.
¿Qué ocasiones serían los mejores para lucir tus colecciones?
La colección que vosotros veis en la pasarela siempre tiene un plus de sofisticación o de look pero la colección en sí es lo suficientemente amplia como para que te puedas vestir en cualquier momento del día (…) Sí que es verdad que mis piezas son un poco más trabajadas y para una noche bonita van muy bien. Creo también depende mucho de la mujer, es con la que ella conecta, le gusta.
¿Cuál es el color predilecto para tus colecciones?
Mi color favorito es el negro pero intento no abusar porque lo pondría en todas las colecciones. Incluso me riñen (risas). En esta colección no hay negro.
Siempre has utilizado colores fuertes combinados con algunos sutiles.
Sí, a veces siempre hay algún neutro pero luego hay un disparo de explosión de color.
Háblanos un poco de por qué el mercado japonés. Sabemos que a nivel cultural son muy conservadores pero a nivel de moda siempre tratan de distinguirse.
Es su carta de presentación, a ellos les importa muchísimo la imagen (…) Es cierto que son muy tradicionales y educados e introvertidos incluso pero, en cambio, a la hora de vestir o ponerse un complemento no hay ninguna norma. Lo que para nosotros es un disfraz puro y duro para ellos es una representación de ellos. Y nadie se extraña de nada, nadie mira raro a nadie. Es la libertad absoluta. De hecho cuando vas allí tu cabeza va a tres mil por hora que no sabes adonde mirar.
Entonces, ¿ha sido bastante retador?
Sí, yo creo que lo que ha pasado es que hemos conectado a primera vista. Ellos son muy exigentes. Yo me he tenido que adaptar mucho a su forma de trabajar. Como me pillaron tan jovencita además, me espabiló un montón. Una vez te acostumbras, ellos son muy fáciles y muy fieles.
A ellos les gusta mucho lo que hago. Es muy curioso porque aquí hay gente que ve en lo que hago rasgos orientales y en cambio, ellos me ven súper occidental. Yo creo que ellos en mi ven algo con el cual les es fácil de conectar.
Hay muchas empresas que han intentado entrar en Japón y no funcionan, no se entienden, no gustan, no pueden trabajar juntos. Y en cambio nosotros no hemos tenido ningún problema de adaptación más que el del timming o el del control de calidad.
Una palabra que defina tu estilo.
Eso sería mejor que lo dijera alguien que no sea yo (risas) pero yo creo que es muy femenino. En mis colecciones intentamos hacer cosas con la mayor calidad posible. Hay mucha gente que cuando vamos a París, la primera palabra que sale por su boca al ver mi colección es ¨Alta Costura¨ cuando yo nunca me he considerado un producto de lujo ni de alta costura. Siempre he querido llegar a todo el mundo (…) Incluso una vez hablando con alguien del mundo de la moda nos decían que allí ya no queda tanta gente que haga alta costura y diseñadores de mi edad todavía menos. Ósea que también se ha perdido un poco el mimo, el haberle dedicado a un vestido una semana entera de tu vida.
Por ejemplo cuando veáis el desfile, el hecho de poner flor natural, llenar toda una cabeza de flores naturales es una pasada. Hemos hecho 30 tocados de flores. Cada chica lleva 2.